el universo de los insectos

Los insectos, con 1,2 millones de especies diferentes, son el grupo zoológico más numeroso y abundante de todo el planeta. La eficaz organización corporal, el asombroso dominio del medio aéreo, y los elaborados sistemas defensivos, explican buena parte del notable éxito evolutivo.

El estudio de la vida y las costumbres de los insectos depara sorprendentes revelaciones. Ciertos inventos de los que los humanos nos sentimos orgullosos autores, pronto descubrimos que desde hace millones de años son empleados por estos animales: herramientas para compactar y sellar galerías subterráneas, el transporte rodado, la agricultura, el cultivo de hongos para alimentarse de ellos, la guerra química como mecanismo de defensa, el sistema de refrigeración mediante el establecimiento de corrientes de aire, el líquido anticongelante, la pasta de papel para fabricar estructuras habitables, la luz fría que no desperdicia energía en forma de calor...

La lectura de esta serie desvanecerá por completo la injustificada animosidad que sienten algunas personas hacia estos extraordinarios seres vivos.

A quienes deseen ampliar los conocimientos sobre este fascinante grupo de animales les resultará de enorme utilidad la lectura de la amena obra titulada El universo de los insectos.


Libélulas y caballitos del diablo

  Las libélulas constituyen un grupo de insectos muy conocido y apreciado por su gama casi infinita de colores, sus tonos brillantes y metalizados, y por su deslumbrante vitalidad y agilidad aérea.

  En realidad el orden taxonómico de los Odonatos se divide en dos grandes grupos: las libélulas propiamente dichas, de cuerpo robusto y vuelo dinámico y poderoso; y los denominados caballitos del diablo, de aspecto frágil y volar débil e inseguro.

  Con más de 5.000 especies en el mundo los Odonatos viven en todo el planeta, salvo en la región Ártica y Antártica. Son mucho más abundantes y variados en las zonas tropicales; en Europa sólo disponemos de unas 100 especies.

  El cuerpo de las libélulas es corpulento y macizo, con una longitud de entre 10 y 15 cm; y una envergadura alar de hasta 18 cm. Estas dimensiones, aunque considerables para la media de los insectos, resultan ridículas si las comparamos con las libélulas que habitaron en la Tierra durante el periodo Carbonífero, hace unos 300-360 millones de años, y que median 80 cm de envergadura. Las piezas bucales de las libélulas son de tipo mordedor y tremendamente fuertes. Las antenas son muy cortas; y los ojos compuestos   —voluminosos y grandes— se encuentran muy juntos en la parte anterior de la cabeza. Poseen dos pares de alas desiguales que se mantienen extendidas horizontalmente cuando el animal se encuentra posado.

Las libélulas se caracterizan por el voluminoso cuerpo y la extensión horizontal de las alas cuando el insecto se encuentra posado.
Las libélulas se caracterizan por el voluminoso cuerpo y la extensión horizontal de las alas cuando el insecto se encuentra posado.

Por el contrario el cuerpo de los caballitos del diablo es fino y de apariencia frágil. Son algo menores que las libélulas, pues no suelen superar los 5 ó 6 cm de longitud. Los ojos, también compuestos, se encuentran muy separados. Los dos pares de alas son de tamaño y forma similar; y cuando el animal descansa las mantiene verticalmente sobre su cuerpo.

  El macho de los Odonatos es un insecto marcadamente territorial. Se apropia de unas decenas de metros de la orilla en un arroyo, torrente, río o laguna. En esa zona no permite que ninguna hembra deposite los huevos si no ha copulado previamente con él.

  En ocasiones los machos luchan por defender y conservar el territorio que consideran como el más adecuado para la puesta de los huevos y el desarrollo de las larvas. Los conflictos, ritualizados, implican la exhibición de modos peculiares y vistosos de volar, el lucimiento ostentoso de su brillante abdomen, volar en círculo en torno al contendiente, o realizar ante él danzas describiendo zigzag. El macho que logra conquistar, controlar y mantener un territorio propio tiene muchas más posibilidades de aparearse.

Los caballitos del diablo se reconocen por la esbeltez de su cuerpo y la disposición de las alas en vertical en estado de reposo.
Los caballitos del diablo se reconocen por la esbeltez de su cuerpo y la disposición de las alas en vertical en estado de reposo.
La muy distinta posición de los órganos sexuales en el macho y en la hembra, provoca que durante la cópula la pareja tenga que adoptar una postura insólita (la hembra es el individuo de la derecha).
La muy distinta posición de los órganos sexuales en el macho y en la hembra, provoca que durante la cópula la pareja tenga que adoptar una postura insólita (la hembra es el individuo de la derecha).

  El apareamiento de los Odonatos es especialmente llamativo e interesante. Todo comienza cuando el macho agarra a la hembra mediante el par de apéndices de sujeción que posee en el extremo del abdomen. En los caballitos del diablo el macho sujeta a la hembra por el primer segmento del tórax, mientras que los de las libélulas lo hacen por la parte posterior de la cabeza de la hembra. Esta postura recibe el nombre de posición en tándem. Luego la hembra, sujeta por el macho del modo descrito, dirige el extremo de su abdomen hacia abajo y hacia adelante, hasta que sus genitales (que se encuentran en el extremo del abdomen) coinciden con los del macho (que se sitúan entre el 2º y 3º segmento abdominal). La diferente ubicación anatómica de los órganos sexuales en el macho y en la hembra provoca que la pareja deba adoptar esa particular figura en forma de rueda o corazón.

  Por regla general las hembras comienzan a poner los huevos inmediatamente después de copular, a menudo acompañada y escoltada por su compañero; en unas especies él permanece aún agarrado a ella, en otras él se limita a revolotear cerca de ella.

  Los Odonatos compiten feroz e intensamente por las hembras, pero el simple apareamiento con una de ellas no asegura el éxito reproductor del macho, pues las hembras pueden copular con varios machos, almacenando y conservando el esperma activo en el interior del cuerpo durante varios días.

  Debido a que el esperma más fresco, el de la última cópula, tienen prioridad a la hora de fecundar los huevos, el compañero sexual se desvela por impedir que ella copule con otros machos tras el acto, hasta que realice la puesta de los huevos, pues de lo contrario sus genes no serían los empleados en el proceso reproductivo.

  Los Odonatos poseen un insólito mecanismo biológico adicional para garantizar al macho que su semen será el efectivamente utilizado. El pene del macho dispone de un artilugio que extrae, justo en el instante anterior a la eyaculación, el semen almacenado en el cuerpo de las hembras procedente de cópulas anteriores.

  Descubra en el número 0 de la revista Historias Naturales el desarrollo completo de la increíble guerra del esperma que despliegan las coloreadas libélulas.